Al pionero blog radiológico (y más cosas) de nuestro amado hospital que nos acoge y protege de la intemperie Radiología Macarena, siguiendo la senda de éste nuestro irreductible blog de cabeza y cuello (pero ¿cómo le puede a alguien gustar esto?) se une un nuevo blog de radiología, dedicado al radiólogo de trinchera, a ese radiólogo de a pie, que se mantiene firme en su puesto, en su casilla de peón, cuando el álfil, las torres y los caballos se van a pique, a ese radiólogo que mira con cariño y ternura al residente recién llegado que le pregunta angustiado por esa masa redonda que se observa justo en la zona del estómago en la placa simple, a ese radiólogo que aguanta impasible los furibundos ataques de las otras especialidades sin que se le salten las lágrimas, a veces de risa. A ese radiólogo en ocasiones sin recursos, pero siempre sin miedo, va dedicado este blog, al que desde esta tribuna doy la bienvenida y le deseo larga vida (como al rock and roll).